Viviendo por gracia
Leer | ROMANOS 5.1-11
La gracia es la bondad y la benevolencia de Dios para con
quienes no las merecen ni tampoco pueden ganarlas.
Cada día, Dios hace posible que nuestro corazón lata, que
nuestro cuerpo sane, y que podamos dar y recibir amor, aunque no seas su hijos.
Dios ofrece perdón a los rebeldes, libertad a los pecadores y comunión personal
con Él. Toda persona que pone su fe en Cristo como Salvador tiene acceso al
trono de la gracia, donde el Redentor sirve como sumo sacerdote, intercediendo
por los suyos (He 4.16; 7.25). Sabemos que podemos acercarnos a Dios con
confianza, porque no hay ninguna condenación para quienes pertenecen a Él (Ro
8.1).
Pero no siempre fue así. Israel, el pueblo elegido de Dios,
vivía bajo la Ley, no bajo la gracia. Porque ellos, al igual que nosotros,
fueron desobedientes, Dios en su misericordia estableció el sistema de
sacrificios para darles temporalmente y de manera simbólica el perdón de
pecados.
Pero Jesús nos da un perdón permanente, porque su muerte fue
el pago hecho por todos los pecados cometidos —inclusive los futuros (7.27).
Ningún humano común podía obedecer cada aspecto de los 613 mandamientos divinos
dados por medio de Moisés. Pero Cristo cumplió la Ley por nosotros, y la gracia
hace que ese cumplimiento cuente a favor nuestro. Nuestro Salvador sacrificó su
vida por nosotros y, como resultado, podemos acercarnos al trono del Señor
directamente.
Permita que esta verdad impregne su corazón y su mente, para
que pueda convertirse en una expresión del amor, la bondad y la benevolencia
del Señor para con los demás.
By pastor Charles Stanley
By pastor Charles Stanley
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