Vivir con propósito
Leer | 1 CORINTIOS 4.1-5
¿Ha estado alguna vez tan ocupado, que se ha preguntado:
¿Adónde se me fue el día? Una cosa es que a uno se le escape un día, ¿pero qué
toda una vida? Esa será la experiencia de todos los cristianos cuando entren al
cielo y den cuenta a Cristo de cómo utilizaron su tiempo. Si simplemente
vivieron sin propósito, se preguntarán: ¿Adónde se me fue la vida?
La decisión en cuanto a la salvación no es la meta final
para un creyente. Dios tiene un plan y un propósito para sus hijos. Es un llamado para servir toda la vida en un o varias áreas determinadas, pero
pudiera ser también una tarea específica en un momento particular de la vida.
La única manera en que usted cumplirá los propósitos de Dios, será fijándose
metas que armonicen con la voluntad de Él, y dando los pasos específicos para
lograrlas.
El apóstol Pablo fue un siervo útil de Cristo, porque obedecía
la guía del Espíritu Santo, confiaba en el poder divino, y se fijaba metas para
cumplir con su llamado. No dejaba que los temores, las dudas o las adversidades
le impidieran cumplir la voluntad de Dios. ¿Y usted? ¿Ha estado viviendo para
el Señor, o está yendo en pos de sus propios objetivos? Usted puede ser muy
exitoso para el mundo, pero desde la perspectiva del Señor, la pasividad
espiritual resulta en una vida desperdiciada.
Quizás Dios le ha dado a usted una pasión o interés que
necesita cultivar. O puede ser que sienta un impulso, pero vacila porque le
parece que la tarea está más allá de sus capacidades. Busque la voluntad de
Dios, y Él le guiará. A veces, podrá ser incómodo, pero nunca lamentará haber
aceptado el reto.
ok
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