El Espíritu Santo: Una necesidad
Leer | LUCAS 24.36-49
¿Qué tan necesario es el Espíritu Santo para quienes desean
tener una vida agradable a Dios? Como respuesta, podemos encontrar un claro
ejemplo en la Biblia. Jesús había dicho a sus discípulos que esperaran en
Jerusalén hasta su bautismo por el Espíritu (Hch 2.1-4). Este grupo escogido de
hombres había convivido con el Señor y escuchado sus enseñanzas por más de tres
años; no obstante, Él sabía que no podrían iniciar su trabajo sin el socio
divino que Dios había dispuesto para ellos. Lo mismo se cumple en nosotros hoy.
¿Quién es el Espíritu Santo? Es llamado la tercera persona
de la Trinidad; los otros dos miembros son Dios Padre y Dios Hijo. Al igual que
ellos, Él es plenamente Dios. Algunos cristianos piensan erróneamente que el
Espíritu es una fuerza o un poder, pero la Biblia dice que es una persona,
alguien a quien podemos llegar a conocer.
Él es también la promesa del Padre. Dios prometió enviar su
Espíritu como consolador y ayudador de cada persona de su familia. Llamado el
Espíritu de verdad (Jn 14.16, 17), Él se encarga de transformarnos a la imagen
de Jesús.
Además, el Espíritu Santo es un regalo para todo cristiano.
En el momento de la salvación, Él es enviado a vivir dentro de cada creyente,
sellándole como hijo o hija de Dios (Ef 1.13). Nosotros no tenemos que orar
para recibirlo, ni hacer nada para conseguirlo. Su presencia es un regalo
prometido que nos fue dado por Dios el día de nuestro nacimiento espiritual. Al
conocer mejor al Espíritu Santo y escuchar con atención lo que Él dice en la
Biblia, usted podrá agradar al Padre (Col 1.10).
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