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miércoles, 31 de julio de 2013

Julio - 31 - 2013 La verdadera adoración

La verdadera alabanza
LeerJUAN 12.1-8


Podríamos concluir por los últimos capítulos de Salmos, que toda alabanza a Dios debe ser bulliciosa. Pero la alabanza puede también expresarse de manera silenciosa. Pocas personas piensan que el pasaje de hoy es una descripción de alabanza, pero la profundidad del amor de Dios por el Salvador requería una expresión más allá de las palabras.
María deseaba dar al Señor Jesús algo de valor, y rompió una botella de perfume cuyo valor equivalía al salario de un año. Al romperla, no guardó nada, sino que dejó que el exceso del perfume cayera en el suelo. La pérdida económica, las miradas de los espectadores y el cáustico comentario de Judas, no significaron nada para ella, en comparación con el valor de tener un Salvador.
Toda la casa se llenó de la fragancia de la adoración de María. La alabanza verdadera impregna la atmósfera alrededor de nosotros, es por eso que podemos sentir cuando otros están adorando a Dios. Pasar tiempo con personas que están rendidas al Señor —que lo alaban por medio de las acciones y el servicio— nos permite participar de su gozo. Adorar a Dios con todo nuestro ser nos proporciona el gozo más grande que podamos sentir, pero también causara malestar en las personas que saben que no son capaces de brindar a Dios lo que nosotros estamos brindando como es el caso de Judas en la historia de Juan 12.1-8.
Los creyentes expresan su alabanza de muchas maneras creativas —cantando, pintando, dando una caminata por la naturaleza, o limpiando la casa de una persona de edad avanzada. Cuando queremos comunicar nuestra devoción más allá de las simples palabras, no estamos limitados en cuanto a la forma de expresión. El Padre celestial se complace en aceptar la alabanza genuina de todo tipo.



sábado, 27 de julio de 2013

Julio - 27 - 2013 Hijos seguros de si mismo

Hijos seguros de sí mismos


Olvidamos fácilmente lo poderosa que puede ser la influencia de los padres en sus hijos. En ciertas ocasiones, el comentario de una madre o un padre puede ser todo lo que se necesite para plantar una semilla de inseguridad en un hijo. Entonces, a menos que se aplique sabiduría con sensibilidad, se les puede hacer un gran daño a los hijos. Pensemos en las maneras como los padres, sin querer, fomentan la inseguridad en sus hijos.

Primero, un ambiente familiar caracterizado por el caos y la inestabilidad, los mantiene desorientados, reservados y nerviosos. Como adultos, pueden sentirse rechazados, y pudieran ser proclives al verse a sí mismos como indignos de recibir aceptación y afecto.

Segundo, los comentarios negativos sobre el rendimiento o el carácter de un hijo pueden herir su corazón y afectar su desarrollo personal.

Las expectativas poco realistas pueden crear el sentimiento del amor condicional. Si un niño cree que sus padres lo amarán solo por su rendimiento en los estudios, los deportes u otra área, crecerá bajo el peso de una carga terrible.

Cuarto, la falta de reforzamiento positivo puede ser paralizante. ¿Imagina lo que sería para usted no recibir nunca ni la más leve palabra de estímulo, a pesar de haber intentado siempre hacer las cosas de la mejor manera posible? Con el tiempo, esta clase de privación puede despojar a la persona de la confianza en sus capacidades.


La tarea de criar hijos no está, sin duda, libre de desafíos. No importa la edad que tengan ellos, decida inculcarles un espíritu de confianza.

jueves, 25 de julio de 2013

Julio - 25 - 2013 Lo que significa temer a Dios

Lo que significa temer a Dios



Como vimos en el mensaje anterior, el temor del Señor no tiene nada que ver con el terror o la inquietud, sino con el debido temor reverente por lo que Él es (Santo). Es una cualidad que nosotros, como creyentes, debemos querer y cultivar. Aunque la expresión no se escucha muy a menudo hoy en día, debe ser recibido como un gran elogio el ser conocido como un creyente temeroso de Dios.

El debido temor del Señor produce frutos dignos de arrepentimiento en la vida del cristiano. Nos lleva a aborrecer el mal, así como Dios lo aborrece, y es también el principio de la sabiduría (Sal 111.10). Cuanto más entendimiento divino tengamos, mayor será nuestro amor a las Sagradas Escrituras y a los mandamientos del Señor. Además, si queremos tener una familia sólida con hijos valerosos y que crezcan en la verdad, es importante que tengamos la debida reverencia al Señor (Sal 112.2).

Las personas que tienen el temor de Dios descubren que “[resplandece] en las tinieblas luz a los rectos” (v. 4). Esto no significa que no tendremos situaciones dolorosas o períodos de angustia en el valle —tendremos pruebas, dificultades y lágrimas como el resto de la humanidad. Pero en nuestras tribulaciones tenemos la promesa de la luz de la salvación.


La Biblia dice que “el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende (Sal 34.7). Los creyentes estamos rodeados por todos lados, para que nada nos suceda sin que el Señor lo permita. Pídale a Dios que le ayude a tener el debido temor reverente a Él. Es una petición que el Señor se complacerá en conceder.

Julio - 24 - 2013 El temor del Señor

El temor del Señor


Las personas se sienten comúnmente confundidas cuando se habla de temer a Dios. La Biblia nos exhorta a temer al Señor (2 Ti 1.7), pero al mismo tiempo se nos dice que Dios no nos ha dado un espíritu de temor. Entonces, ¿cómo debemos entender esta frase?

Temer a Dios no significa estar mirando de reojo ansiosamente para saber lo que Él estará por hacer. El temor del Señor es algo positivo y saludable que está definido claramente en varios pasajes de la Biblia. El versículo de hoy es particularmente útil: “El temor de Jehová es aborrecer el mal”.

A muchas personas les incomoda la idea de aborrecer algo. Pero Dios dice que tenemos que aborrecer el mal porque Él lo aborrece en todas sus formas por una sencilla razón: el Señor destruirá a los que lo practican. A menudo, no somos capaces de ver ninguna corrupción en absoluto. De hecho, a veces vemos el mal y pensamos que, en realidad, no es tan malo pero sabemos que quien dijo no mataras también dijo no mentiras.

El trabajo de Satanás es disfrazar lo malo para hacerlo aparecer totalmente inocente o incluso atractivo. En realidad, el enemigo tiene tanto éxito en su engaño, que muchas veces caemos en sus trampas sin ningún remordimiento. Es por eso que tenemos que aprender a ver las cosas del modo en que las ve el Señor.

Necesitamos cultivar un odio santo contra el mal, para que lo esquivemos y rechacemos siempre. Cuando vemos el pecado como lo ve el Señor, el diablo se ve obstaculizado en sus esfuerzos por seducirnos. Aunque puede que no sea una postura popular, podemos elegir amar al Señor y aborrecer el mal.

martes, 23 de julio de 2013

Julio - 23 - 2013 lo que podemos aprender de Jonas

Lo que podemos aprender de Jonás



Cuando consideramos la omnisciencia y la omnipresencia de Dios, es fácil sorprendernos de que los cristianos traten de huir de Él. Jonás demostró, sin duda, que eso no puede hacerse, pero la gente sigue intentándolo. ¿Por qué?

A veces, las personas que tratan de huir de Dios están actuando por pura soberbia —parece que creemos saber lo que es mejor para nosotros, sin importar lo que Dios piense o diga. A veces, nos negamos rotundamente a obedecer por temor: nos da miedo fracasar; nos preocupa que los demás puedan criticar nuestros esfuerzos; o quizás tememos que la obediencia pueda ser demasiado costosa. Pero, no importa la razón, muchas veces no somos capaces de reconocer lo costoso que resulta rechazar al Señor y tratar de huir de Él.

Jonás pagó un alto precio por su rebeldía. No solo experimentó la vergüenza, el terror y el sentimiento de culpabilidad, sino que además puso en peligro la vida de hombres inocentes. No se puede huir del Señor sin imponer un duro castigo a personas inocentes, cuando pecamos siempre la circunstancia de pecado trata de involucrar a los que están a nuestro alrededor.

Cuántos padres y cuántas madres abandonan a sus hijos, y dicen: “Puedo hacer lo que yo quiero. Es mi vida”. No, no es así. No se puede dejar a unos hijos sin padre o madre, y no cosechar dolor y sufrimiento durante toda la vida. Ni tampoco se puede pecar contra el Señor sin pagar un precio terrible y herir a otros al hacerlo.


A pesar de esta terrible realidad, también es cierto que Dios es perdonador; Él da una segunda, una tercera, en realidad, muchísimas oportunidades (Jon 3.1). El cuidó de Jonás, y también cuidará de usted.


By pastor Charles Stanley



lunes, 22 de julio de 2013

Julio - 22 - 2013 Lecciones de un fugitivo

Lecciones de un fugitivo



Se nos dice que el profeta Jonás compró un boleto para huir a Tarsis en un intento por escapar de la presencia del Señor, y de ese modo evitar la tarea que Dios le había dado. Es probable que ninguno de nosotros reservaría un pasaje de avión para ir a un país lejano intentando escapar de la presencia de Dios. Sin embargo, personas que aman a Dios, algunas veces, tratan de huir de Él de muchas maneras diferentes, y terminan experimentando miserias como las de Jonás.

Mientras huía del Señor, el profeta olvidó cosas que todos debemos recordar. Primero, pensó que huir de Dios le evitaría tener que obedecer. Probablemente nunca imaginó cuán persistente puede ser el Señor cuando nos llama a un lugar de destino.

Finalmente, Jonás descubrió que es imposible huir de Dios. Su amor nos persigue, aun hasta las profundidades del mar para conformarnos a su voluntad y a su plan para nuestras vidas. Dios simplemente no se verá impedido por nuestra desobediencia.

Jonás había olvidado también la verdad de que la dirección de la desobediencia es siempre hacia abajo. La Biblia nos dice que el reacio profeta descendió inicialmente a Jope. Allí encontró una nave y se introdujo en el fondo de la misma, y antes de que se diera cuenta estaba en lo profundo del mar, e incluso había descendido a los cimientos de los montes (Jon 2.6).


Cuando se huye de Dios, no hay lugar donde esconderse, ni siquiera en el fondo del mar. Toda nuestra vida es siempre visible para el Señor. Así que, en vez de tratar de huir de su presencia, acéptela con beneplácito.

domingo, 14 de julio de 2013

Julio - 15 - 2013 Seguros de la conversión

Seguros de la conversión



Si usted quiere mantenerse firme contra las asechanzas de Satanás, es necesario que aclare cualquier confusión que pueda tener en cuanto a su venida por fe al Salvador. Por tanto, consideremos tres pasos fundamentales que caracterizan el proceso de conversión:

1. Usted debe saber algo.  Nunca podrá apreciar plenamente el significado de su conversión, hasta que entienda cómo era su condición sin el Salvador. Efesios 2.1 deja perfectamente claro que, abandonados a nuestra suerte, estábamos espiritualmente muertos. Si el Padre no hubiera provisto nuestra salvación por medio de su Hijo, no habría vida eterna para ninguno de nosotros.

2. Usted debe creer algo.  La buena noticia es que el Señor no dejó que nos valiéramos por nosotros mismos. Proporcionó un medio de salvación que es accesible a todas las personas. Efesios 2.4-9 explica que nuestro amoroso Padre celestial, por su propia iniciativa, proveyó el medio por el cual podemos ser libres de nuestra deuda de pecado, y vivir con Él para siempre.

3. Usted debe recibir algo. Para tener cualquier regalo, usted debe primero abrir sus manos y recibirlo. El Padre está extendiendo la mano a la humanidad, ofreciendo su regalo de la salvación. Después que usted ha recibido lo que Él ofrece, es para que sea suyo para siempre (Ro 10.9-13).


¿Es usted un creyente investido de poder por el Espíritu de Dios, que se ocupa de la tarea que el Señor le ha asignado y que está completamente seguro de su salvación? Entonces, usted es una persona privilegiada. Si usted ha conocido, creído y recibido el regalo de Dios de la salvación puede vivir con un corazón confiado.

viernes, 12 de julio de 2013

Julio - 12 - 2013 la defensa de nuestros principios

La defensa de nuestros principios



Todos admiramos a hombres y mujeres dispuestos a pagar un alto precio por lo que creen. Al mismo tiempo, hacemos bien en no confiar en todas las personas de convicciones firmes, pues como vemos muy a menudo en las noticias, es posible tener creencias erróneas sin base en la Palabra de Dios.

Aun como cristianos debemos ser cuidadosos, o podemos fácilmente confundir las preferencias personales con las convicciones. No debemos construir el fundamento de nuestra vida con creencias que no sean totalmente bíblicas. El apóstol Pablo nos dice que la calidad del trabajo de cada persona será probada por el fuego (1 Co 3.13), y eso incluye lo que creemos.

Tal prueba la experimentó una iglesia de una pequeña ciudad llamada Pérgamo, en Asia Menor. Era un lugar al que el Señor Jesús llegó a decir que el trono de Satanás estaba allí. Hombres impíos estaban difundiendo las enseñanzas de Balaam y de los nicolaítas en la iglesia local. Pero, un hombre llamado Antipas, estaba firmemente convencido de que esos hombres debían ser confrontados. Por tanto, dio un paso al frente para enfrentarlos, pagando con su vida.

Sí, Antipas fue asesinado, pero escuchemos el honor que el Señor mismo le hizo: Se refirió a este santo como “mi testigo fiel”. Y elogió a la iglesia en Pérgamo con estas palabras: “Retienes mi nombre, no has negado mi fe, ni aun en los días [de] Antipas” (Ap 2.13).


Gracias a Dios que la prueba de nuestra fe, aunque probada por fuego, “[será] hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 P 1.7).

By pastor Charles Stanley

miércoles, 10 de julio de 2013

Julio - 10 - 2013 El éxito y el dinero

El éxito y el dinero



La creencia de que tener dinero equivale a tener éxito, es un error generalizado. Éxito verdadero significa llegar a ser lo que Dios quiere que uno sea, y hacer el trabajo que Él nos ha encomendado. Jesús dijo que el hombre de Lucas 12 fue un necio, porque pasó su vida procurando tener riquezas, pero no fue rico para con el Señor.

La actitud de idolatría por el dinero se revela por el deseo insaciable de tener más. Así pues, siempre que la preocupación por el dinero ocupa el primer lugar en nuestros pensamientos y comienza a dictar nuestras metas y nuestros deseos, podemos saber que hemos sucumbido al pecado de la avaricia. Angustiarse por el dinero es, en realidad, una señal de advertencia de que no solo hemos puesto mal nuestras prioridades, sino también una falta de confianza en Dios.

El dinero es muy importante para la vida, pero nunca debe tomar un lugar más alto de lo que el Señor quiere. Todo le pertenece a Dios. Nosotros somos simplemente mayordomos de todo lo que Él nos confía, y un día daremos cuenta de cómo usamos lo que nos dio para administrar. Nuestra meta no debe ser volvernos ricos, sino ser hallados fieles.

En su gran sabiduría, el Señor ha dispuesto un remedio para nuestra tendencia a estimar demasiado al dinero. Ayudar a suplir las necesidades de los que nos rodean  rompe las ataduras de la codicia, nos enseña a confiar en el Señor y obedecerle, y es una oportunidad por medio de la cual podemos acumular tesoros en el cielo.


Si su hambre por las riquezas de este mundo es más grande que las riquezas de conocer a Dios, está subiendo por la escalera equivocada del éxito.

La bendición de Dios sea sobre todos nosotros.



jueves, 4 de julio de 2013

Julio - 4 - 2013 El poder divino del creyente

El poder divino del creyente

Leer | JUAN 16.5-15


En Mateo 13.11, el Señor Jesús dijo a sus discípulos: “A vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado”. Como seguidores de Cristo, nosotros, también, tenemos el privilegio de conocer todas las verdades que Dios ha querido revelar en las Sagradas Escrituras.

Pero ¿siente algunas veces que otros creyentes han logrado resolver el misterio de cómo regocijarse en medio del sufrimiento, vencer el pecado, perdonar lo imperdonable o vivir una vida de amor de maneras que usted todavía no ha descubierto?

Si esa es su situación, entonces le tengo buenas noticias: el secreto para vivir la vida cristiana es llegar a ser un buen amigo del Espíritu Santo. Él tiene todas las cualidades para ese rol, y no le defraudará. La Biblia nos enseña que el Espíritu Santo es alguien en quien podemos apoyarnos, quien nos ayuda a tomar las decisiones correctas, y con quien podemos compartir nuestros sentimientos más profundos (Jn 14.17; 16.13; 2 Co13.14).

Pero el Espíritu Santo ofrece a los creyentes mucho más. Él nos ama, nos protege y nos ayuda cuando oramos. También actúa en y a través de nosotros con poder divino, y nos ayuda a ser como Jesús.

El Espíritu de Dios es una persona con quien podemos tener una relación personal, y que desea lo mejor para nosotros. Pídale que se haga evidente en su vida por medio de las Sagradas Escrituras, y esté preparado para tener a un amigo como ningún otro en la Tierra — uno que está con usted todo el tiempo, susurrándole la misericordia del Padre celestial y el amor del Salvador para con usted.


By pastor Charles Stanley